martes, 23 de abril de 2013

SAN JORGE , 23 DE ABRIL

San Jorge fue un soldado romano, nacido en el s. III en Capadocia (Turquía) y que fue sepultado después de su martirio, ocurrido al principio del s. IV, en la ciudad de Lydda, la actual Lod de Israel. Su sepultura fue muy frecuentada y su culto se extendió por oriente y occidente antes del s. XII, impulsado por los cruzados que lo veneraron como el modelo del ideal de caballero.

Su vida está envuelta en leyendas, muy populares en la edad media. La más conocida es la del dragón de Silca, en Libia, donde había un lago que parecía un mar, en el que habitaba este animal, fiero y hediondo, al que entregaban diariamente dos ovejas para que no se acercara a la ciudad. Cuando se acabaron las ovejas, empezaron a entregarle una persona por día, elegida por sorteo. Con el tiempo, no se libró ni la hija del rey. La bellísima doncella se vistió con las mejores galas y esperó junto al lago su triste final. Al momento, apareció San Jorge deslumbrante, montado a caballo, y libró una difícil pelea con el dragón que había salido a luchar en tierra firme. Una certera lanzada hirió de muerte a la bestia y la doncella fue liberada.

La leyenda reunía todos los ingredientes para el éxito del personaje que se convertía en un caballero heroico, que después de este asombroso lance, fue capaz de dar su vida por Cristo. Otra leyenda nos dice que ayudó a los cruzados en la toma de Jerusalén. Más que un santo a quien imitar, San Jorge fue la concreción de una manera de entender el ideal cristiano medieval como milicia que tiene que combatir al mal externo (no al interno particular) con la fuerza de las armas.

Esta imagen de San Jorge y el dragón ha sido pintada y esculpida por los más grandes artistas de todas las épocas. Es patrón de muchos países, regiones y ciudades.

Luis Martínez Lorente